Gracias a los 416 nuevos MW eólicos instalados en 2019, Galicia se mantiene como una autonomía de referencia en la apuesta por las energías limpias. La Asociación Eólica de Galicia (EGA) destaca el impacto económico positivo de la energía eólica en Galicia
La construcción de un modelo energético limpio y sostenible se fundamenta en la reducción de consumo energético sin perder bienestar y en que la energía consumida tenga origen renovable. En este contexto, la energía eólica juega un papel clave, ya que a su carácter de energía limpia e inagotable hay que unir su impacto socio-económico positivo en las zonas en las que se implanta, según señala la Asociación Eólica de Galicia (EGA).
“La generación eólica en Galicia en 2019 permitió cubrir el 45% de la demanda eléctrica, al tiempo que se espera que este año represente el 35% del total de generación eléctrica, muy por encima de las medias estatales. Y en cinco años, Galicia podría producir energía cien por cien renovable. Por otra parte, la producción eólica del 2019 evitó la emisión de siete millones de toneladas de CO2, principal gas responsable del cambio climático”, indica EGA.
Galicia es la tercera autonomía que más potencia eólica nueva instaló en 2019, tras Castilla y León y Aragón, sumando 416 MW nuevos. También es la tercera de España en potencia eólica instalada, tras Castilla-La Mancha y Castilla y León. “Si continuamos aprovechando nuestro potencial eólico podremos consolidar la posición preferente de Galicia en este ranking en el curso de esta década, y abanderar de este modo la transición energética en contra del cambio climático”, según advierte EGA.
“Además de la contribución al cuidado del planeta –añade EGA–, la inversión en proyectos eólicos contribuye de manera eficaz a estimular la economía local a través de impuestos locales y autonómicos, rentas devengadas a los propietarios de los terrenos y, especialmente, gracias a los puestos de trabajo generados”.
Galicia destaca tanto por su producción eólica, como por el importante tejido industrial vinculado al “dinámico” sector. Para EGA, es “esencial” que el ritmo de desarrollo eólico del año pasado se mantenga a lo largo de la presente década, consolidando así la ocupación actual e incrementándolo hasta 12.000 los empleos previstos en Galicia para el año 2030.
A los impuestos locales asociados a la construcción y explotación de los parques eólicos, hay que unir un impuesto sectorial específico que es el canon eólico, y que supera los 23 millones de euros anuales. “Ninguna actividad económica en Galicia tiene un impuesto de este nivel, que debe contribuir al desarrollo local de los municipios en los que se ubican las infraestructuras eólicas. Tengamos en cuenta, además, que la mayor parte de aerogeneradores gallegos se ubican en municipios rurales de pequeño tamaño, con presupuestos anuales de entre 2 y 5 millones de euros, para los que los ingresos procedentes del canon eólico tienen un impacto muy significativo en su capacidad de acometer inversiones que mejoren las condiciones de vida en el rural gallego”, según precisa EGA.
En relación a las retribuciones a los propietarios de los terrenos, EGA subraya que el sector eólico es el que paga el precio industrial más alto, “muy por encima de cualquier otro sector”, apostilla. Por otra parte, el sector eólico en Galicia siempre se ha caracterizado por el “elevado” porcentaje de acuerdos amistosos en el desarrollo de sus proyectos, “debido en buena medida a que los arrendamientos para uso eólico tienen importes muy superiores a los de cualquier otro uso al que se puedan destinar las parcelas rústicas”, concluye.