Eneko Sanz, Director General de Nabrawind, es el protagonista de la entrevista del mes en nuestra newsletter.
Eneko Sanz Pascual se graduó en Ingeniería Industrial en la UPNA en el año 2000 y fue Premio Mejor Expediente de su promoción. Con 22 años y mientras elaboraba su Proyecto Fin de Carrera, Eneko Sanz se incorporó a Gamesa Eólica (1999) donde lideró varios proyectos de moldes de palas. En 2004 inició su proyecto principal en la citada empresa: el desarrollo de la pala modular innoblade, “Durante su trayectoria en Gamesa recibió varios reconocimientos, entre ellos el Premio a la Mejor Patente de la historia de Gamesa (2009) y el Wind Turbine Energy Innovation Award, de JEC Composites, en París (2012). En 2015 fundó NABRAWIND junto a otros tres socios, empresa en la que ejerce de director general en la actualidad.
1. Nabrawind es una empresa joven, que se ha posicionado en menos de 5 años en el mercado. ¿Se han cumplido todas las expectativas que los fundadores teníais al crear la empresa?
Recientemente he estado reflexionando sobre esta pregunta, pues precisamente este mes de noviembre se cumplen cinco años desde que abrimos la oficina en Pamplona y comenzamos con el desarrollo de las tecnologías.
La verdad es que estos cinco años han sido muy intensos y gratificantes. Ciertamente, creo que hemos cumplido con nuestras expectativas y en algunos casos seguramente las hemos superado.
Concluimos exitosamente la fase de diseño y test de las tecnologías, posteriormente desarrollamos una potente red de suministros global y, finalmente, firmamos los primeros pedidos de nuestros productos: Nabralift, Nabrajoint y NabraBase. Así que creo que en general se han cumplido ampliamente dichas expectativas.
2. Desde el inicio de Nabrawind hasta la actualidad habéis presenciado cambios tecnológicos en el sector de la eólica y en vuestra propia organización. En vuestro nacimiento se os podía considerar como una empresa de I+D. ¿Cómo han afectado los cambios de tecnologías y de mercado de los últimos años a vuestros proyectos?
La evolución tecnológica de la industria eólica se ha acelerado en los últimos años y, efectivamente, nos ha afectado pero personalmente creo que de forma positiva.
Por ejemplo, cuando comenzamos a desarrollar Nabralift, la torre inicial que instalamos en Eslava estaba diseñada para albergar turbinas de 3 MW. En 2015, parecía hasta osado pensar que en 2018 las turbinas de 3 MW dominarían el mercado. Pues bien, nos quedamos incluso cortos y tuvimos que actualizar nuestra propuesta para que Nabralift fuera compatible con turbinas de 4 MW, 5 MW y 6 MW.
Pero como comentaba, esto es positivo para nosotros. Nabralift es una torre que compite en el rango de entre los 140 y 200 metros de altura de buje y, por lo general, son las turbinas de 4 MW, 5 MW y 6 MW las que más aprovechan este incremento de altura.
Al mismo tiempo, la entrada de estas turbinas ha ocasionado que las palas sigan creciendo en longitud y por tanto complicando todavía más su transporte. Esto beneficia la entrada al mercado de nuestra pala modular Nabrajoint.
3. ¿Cuáles son vuestras expectativas de crecimiento para los próximos 10 años?
Nuestro plan de negocio original solo contempla la comercialización de los dos productos actuales: Nabrajoint y Nabralift. Aun con previsiones de cuota de mercado muy prudentes, el coste unitario de los aerogeneradores, y por tanto de sus torres, hace que nuestras previsiones de facturación crezcan de forma drástica. Para bien, y para mal, nuestro modelo de negocio no tiene punto intermedio y tendremos que crecer en facturación en uno o dos órdenes de magnitud con respecto a la incipiente actualidad (1.3 M€ en 2019 y 3 M€ en 2020).
En paralelo, por supuesto nuestro equipo también tendrá que crecer. A pesar de que actualmente subcontratamos toda la actividad industrial, si todo va bien, deberemos doblarnos en los próximos 3 años.
Adicionalmente, las nuevas oportunidades que brinda la línea verde de los planes de recuperación abren para nosotros nuevas expectativas. Estamos trabajando en nuevas líneas de negocio, complementarias a las actuales, pero que pueden suponer también un crecimiento muy significativo.
4. Recientemente se ha publicado el anuncio de la instalación de turbinas de 5,7 MW de potencia a más de 200 metros del suelo en Navarra. Hemos pasado de alturas de 40 a 200 metros en menos de 25 años. ¿Hay margen para incrementar aún más la altura?
Es cierto que, a día de hoy, los 200 metros pueden verse como un techo simbólico. Sin embargo, nosotros pensamos que sí hay margen, principalmente porque nuestra torre Nabralift no tiene limitación en los medios de instalación y reduce mucho el ratio de coste con la altura. Por ello, así como la altura óptima siempre crece con la potencia del aerogenerador, con nuestra tecnología puede crecer todavía más y verdaderamente vemos un mercado muy importante en el rango de 150 a 200 m.
En todo caso, al margen de la posibilidad que ofrece Nabralift, la realidad del mercado muestra que la evolución natural de la energía eólica onshore pasa en este momento por seguir incrementando el tamaño de las turbinas. Para finales de esta década se estarán instalando turbinas con una potencia que hasta ahora sólo se instalaban en offshore.
Así que sí, estoy convencido, al ritmo que evoluciona la energía eólica, antes de 2030 habrá varios parques por encima de los 200 metros y el límite técnico – económico está todavía muy lejos.
5. ¿Qué nos puede trasladar sobre costes y eficiencia de los aerogeneradores elevados a 200 metros de la superficie?
Desde luego, depende mucho de cada proyecto, principalmente del recurso (velocidad media y perfil), su localización, su accesibilidad logística, la torre que utilice…
En nuestro caso el coste de Nabralift no incrementa de forma proporcional al aumento de altura de buje. Esto es porque en su momento analizamos y tratamos de resolver los desafíos que podían encontrar las torres altas.
En concreto, los desafíos que encontramos estaban relacionados con la logística, los componentes y la instalación de la propia torre, su impacto medio ambiental y, por supuesto, los acoplamientos modales que una estructura de estas dimensiones podía experimentar con el propio rotor y que reduce de forma sensible la producción de energía.
Por eso nosotros creamos con Nabralift una estructura modular, que facilitara su transporte y, por lo tanto, la logística. De igual manera, la estructura es muy ligera y están compuesta de componentes ya probados y provenientes de otras industrias, lo que les hace muy competitivos en coste (principalmente los tubos del sector del Oil & Gas).
Al mismo tiempo, pensamos en una alternativa a la instalación con grúas que, por ejemplo, para alturas de buje de 200 metros no existen en la mayoría de los mercados y en los que sí incrementan muchísimo el coste de la instalación. Nació así el sistema de auto-izado de Nabralift.
Respecto al impacto medio ambiental, conseguimos reducirlo al máximo gracias a la reducida plataforma de montaje (prescindimos de grúas de grandes dimensiones), a la modularidad de los componentes de Nabralift y, principalmente, a la cimentación de la torre. Dicha cimentación reduce el consumo de hormigón en hasta un 80% debido a la estructura de Nabralift que nos permite implementar una cimentación pilotada directamente al suelo, algo muy novedoso en el sector.
Finalmente, y así no me extiendo más, la estructura híbrida de Nabralift la convierte en una torre rígida (lo que llamamos soft-stiff) diseñada específicamente para evitar las resonancias entre el giro del rotor y las frecuencias naturales de la propia torre, de manera que la producción de energía no se vea afectada.
6. ¿Cuándo esperamos la irrupción definitiva de las palas modulares y a partir de qué longitud de pala?
Es una excelente pregunta muy difícil de responder. Sin lugar a duda será en esta década y veremos el despegue de volúmenes muy importantes; la cuestión es afinar en el año en que cada fabricante ampliará su catálogo para ofrecer este producto.
En un principio, la modularidad parecía inevitable a partir de los 60-70 metros de longitud de pala. No obstante, las empresas logísticas han conseguido desarrollar alternativas de transporte que sigue haciendo posible y rentable el transporte de las palas estándar.
Sin embargo, parece que ahora ya se están acercando el límite y hay varios informes que apuntan en esa dirección. Por ejemplo, según la consultora Wood Mackenzie, para el año 2024, y eso es prácticamente ya mismo porque el desarrollo lleva casi dos años si la tecnología está validada, el 25% de las palas en el mercado tendrán una longitud de entre 80 y 90 metros. Actualmente, estas palas necesitarán de la modularidad en la mayoría de proyectos.
En esta línea, en el mismo informe Wood Mackenzie vaticina que en 2026 el 25% de las palas medirán entre 90 y 100 metros; y otro 40% estarán en el rango de entre 80 y 90 metros.
Ahora bien, a tenor de los desarrollos actuales en curso, algunos muy avanzados, en 2022 habrá nueva oferta en el mercado que se sumará a la actual de General Electric, que efectivamente está teniendo mucho éxito. Por suerte, una parte importante de dicha oferta estará basada en Nabrajoint.
7. Recientemente habéis publicado la instalación de vuestra primera torre comercial. ¿Qué nos puedes comentar sobre la instalación de esta torre?
Estamos muy satisfechos con cómo se está desarrollando todo el proceso. Hemos confirmado que las mejoras introducidas para mayores potencias son las adecuadas y escalables al crecimiento previsto.
Por tanto, se confirman los costes previstos e incluso se abren nuevas oportunidades para seguir optimizando la estructura y su proceso de montaje.
Una vez completada la primera fase de montaje el aerogenerador ha quedado instalado sobre nuestra pieza de transición cimentada directamente en el terreno, y en la primera parte del año que viene realizaremos el autoi-zado para elevar el aerogenerador hasta los 144 metros finales. Vamos a aprovechar estos meses para confirmar el funcionamiento de nuestro nuevo producto, NabraBase. Es una muy buena oportunidad porque el próximo año instalaremos cuatro de estas torres en Namibia.
8. ¿En qué consiste este nuevo concepto de torre que habéis denominado NabraBase?
Muy resumidamente, con NabraBase abordamos el mercado de las torres de media altura (80-120 metros). Para ello, anclamos al suelo la pieza de transición de Nabralift y sobre ella instalamos una torre tubular. Así ofrecemos una ventaja competitiva muy importante gracias a nuestra cimentación pilotada o anclada en roca, con las que reducimos el consumo de hormigón en hasta un 80% a la vez que la obra civil de esta cimentación es muy reducida y su tiempo de instalación es tan solo una semana.
Por supuesto, todo ello hace que NabraBase posea un destacado componente ecológico, gracias a su reducido consumo de hormigón e impacto medioambiental.
9. La pregunta personal de perfil de protagonista:
• Libro preferido: El Código da Vinci
• Serie: Cómo conocí a vuestra madre
• Película: Pulp Fiction
• Color: Verde
10. En nuestro día a día todos podemos aportar a la lucha contra el cambio climático. ¿Cuál es su propuesta de medida concreta para que nuestros lectores puedan aplicar desde hoy en su rutina?
A nivel personal creo que debemos ir de menos a más. Hay cuestiones tan sencillas como contratar un suministro eléctrico que sea renovable.
Implicándonos un poco más, creo que todos podemos optimizar nuestra movilidad diaria: usar el transporte público es un paso, pero más lo es usar la bicicleta o sistemas de movilidad sostenible, sobre todo caminar.
Para ello, hay que implicarse más un poco antes. Pensar dónde vamos a comprar o alquilar nuestra vivienda es fundamental. Y si decidimos vivir en un entorno rural (que en sí mismo suele ser más sostenible), analizar bien el uso del vehículo eléctrico para los desplazamientos de menos de una hora. Posiblemente ya sea lo más rentable y, sin lugar a dudas, es lo más sostenible.
A partir de ahí, habrá que estar atentos a que nos vayan ofreciendo la sustitución de las calderas de gas en las viviendas por sistemas eléctricos. Esforzarnos en ser usuarios pioneros de cualquier avance ayuda sin duda a que la transición ecológica se acelere.
Y por último, educar a nuestros hijos en economía circular (por supuesto reciclaje de residuos) y la importancia en general de cuidar nuestro planeta, nuestro hogar al fin y al cabo.
En definitiva, estoy convencido de que además de los grandes planes públicos y privados, los individuos tenemos muchísimo que aportar ya que somos el cliente último de gran parte del consumo.