1.¿Cuáles consideras que son los principales retos para la siguiente legislatura en relación al desarrollo de la eólica en España?
El sector eléctrico es un sector regulado. Y la regulación del sector renovable, en un entorno tremendamente cambiante, es particularmente compleja por lo que hay que ir constantemente afinándola. Por ello, necesitamos un Gobierno que tenga por delante una legislatura completa para abordar una serie de retos que requieren tiempo y dedicación para poder hacerlo, contando con los expertos y con el propio sector para que esta regulación sea lo más acertada posible.
2. La situación política y económica del país afecta a la demanda de energía eléctrica en España. El crecimiento de potencia renovable sigue incrementándose en el país a un ritmo no acompasado con la demanda eléctrica. ¿Qué efectos puede tener?
El sistema eléctrico en general es un equilibrio inestable en el que hay una serie de vectores que tienen que estar siempre bien contrapesados. La generación, la demanda y las infraestructuras deben avanzar a la par. Si se adelanta alguna de ellas o no alcanza el ritmo necesario, se generan ineficiencias que pueden ser tan graves como para ralentizar o paralizar inversiones, generar sobrecostes a los consumidores, o dañar la capacidad industrial propia. El riesgo de tener instalaciones ociosas durante un tiempo, con la consiguiente pérdida de rentabilidad para el inversor, condiciona seriamente la financiación y viabilidad de los activos. Y la historia pasada nos indica que en el sector energético las inercias estructurales existen y que podemos ver escenarios de cierta sobre-instalación renovable en el que las instalaciones sufran pérdidas de rentabilidad inaceptables.
Quizás años atrás, hace 7-8 años, estábamos en un momento complicado de “gestión de la escasez” con un mercado de las renovables en España aletargado, pero ahora estamos en un escenario contrario de “gestión de la abundancia” porque, con la regulación actual, hay mucha planta renovable que tiene que estar instalada dentro de dos años. El factor estructural que complica la ecuación es que la demanda, lejos de aumentar, está disminuyendo y para incrementarla hay vectores principales como la industria o la electrificación del transporte que es esencial dinamizar.
Por tanto, la ordenación en el corto-medio plazo de la nueva potencia eólica a integrar en el sistema es una prioridad y anticipar cómo se va a ver afectada por el resto de tecnologías que también se están instalando es una tarea crítica. Pero no solo para los parques nuevos sino también para aquellos que llevan ya operando en determinados nudos que comienzan a tener congestiones muy significativas y que también van a tener que soportar vertidos relevantes.
3. ¿Las propuestas del sector eólico pasan por ahí entonces?
Hay que atacar varios aspectos que son esenciales.
Por un lado, como ya hemos comentado antes, la ordenación de la puesta en marcha de las instalaciones renovables, para ir garantizando año a año un mix operativo equilibrado y evitar escenarios de ineficiencia.
Por otro lado, la planificación debe evolucionar a un esquema que dé visibilidad a largo y a corto plazo, no sólo como referencia a 2030 sino también como sistema de seguimiento y previsión en el corto plazo, a 2 ó 3 años vista. El PNIEC debe contar con un complemento que nos proporcione visibilidad en los escenarios intermedios de penetración renovable, que aporte información precisa de cómo y dónde avanzan los vectores energéticos de generación y consumo, de sus tiempos, de sus ubicaciones y de sus riesgos. Si conseguimos conjugar la visión a corto y a largo plazo con certidumbre, así como agilizar, simplificar y digitalizar la tramitación de los proyectos, esto generará un escenario de confortabilidad para la cadena de valor eólica existente en nuestro país y en Europa.
Adicionalmente, hay otros aspectos importantes en los que hay que avanzar urgentemente como el despegue de la eólica marina, la mejora del diseño de las subastas para enfocarlas a valor, la gestión de la gran cantidad de permisos de acceso que aún no se han otorgado, la aceptación social en los territorios y la solución a la judicialización que existe en determinadas zonas donde los proyectos eólicos están siendo paralizados.
4. ¿Cuáles consideras como principales amenazas para la industria eólica?
Mantener la capacidad industrial en España y Europa es una prioridad. La industria eólica en España/UE se encuentra en un momento de extrema vulnerabilidad financiera, con limitaciones para poder invertir en ampliar sus capacidades de producción y en desarrollar nuevos productos, justo en el momento de mayor expectativa de crecimiento del mercado eólico europeo y justo cuando la industria china tiene la estrategia comercial de exportación eólica más agresiva de su historia.
Contamos con el 100% de la cadena de valor eólica en nuestro país, con una posición de liderazgo en el desarrollo tecnológico. Los repetidos resultados económicos negativos de las compañías europeas dificultan continuar con las inversiones de I+D, justamente en un momento decisivo: la cadena de suministro europea no da abasto para cubrir todos los objetivos y la industria china está llamando a las puertas de los promotores europeos. Estamos en un momento de recuperación económica y de RepowerEU, es decir, la Unión Europea se ha dado cuenta de la relevancia que tiene ser autónomos en determinados sectores como el renovable. Fruto de esto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado recientemente la creación del nuevo Wind Energy Package, que trata de mitigar de forma urgente este desequilibrio que hay entre el mercado europeo y las estrategias de otros mercados. Si Europa deja de desarrollar valor añadido en su tecnología eólica, la industria que opera a nivel global migrará a otros mercados con mejores condiciones para disponer de ecosistemas tecnológicos de vanguardia.
5. Durante esta legislatura se ha avanzado para lo que será el desarrollo de la eólica marina en España. ¿Qué hitos tenemos pendientes para su desarrollo en España?
La aprobación de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) ha significado un paso necesario para iniciar el despliegue de eólica marina en España, en un momento en el cual los países de nuestro entorno ya disponen de sus planificaciones. Es fundamental avanzar con el desarrollo de los proyectos y movilizar las inversiones en el corto plazo. El proceso de elaboración de los POEM ha sido complejo y riguroso, por la necesidad de analizar y ponderar multitud de factores relacionados con las diferentes actividades que se desarrollan en el medio marino y preservar los valores naturales de la costa y el mar.
La ordenación coherente de los Planes de Ordenación constituye un aspecto fundamental para evitar conflictos futuros y asegurar que la convocatoria de las futuras subastas y la tramitación posterior de los proyectos adjudicados pueda realizarse de manera eficaz.
Queda pendiente actualizar el marco regulatorio con un enfoque industrial, así como convocar la primera subasta lo antes posible, junto con un calendario que facilite la inversión y ofrezca visibilidad para el desarrollo de esta tecnología en el país, cuyos parques eólicos podrán estar en funcionamiento en 2030.
Es indispensable el consenso social y la corresponsabilidad de todos los actores para hacer posible la convivencia de la eólica marina con otras actividades.
El despegue de la eólica marina constituye una oportunidad enorme desde el punto de vista energético, industrial, climático y socioeconómico, principalmente para las comunidades costeras.
España puede convertirse en un hub industrial y de desarrollo tecnológico en este ámbito, especialmente de la tecnología flotante. Esto permitirá contribuir a alcanzar los objetivos energéticos y climáticos establecidos por el país conllevando a su vez un impacto macroeconómico positivo, derivado de la creación de empleo cualificado, el aumento de las exportaciones y el crecimiento del PIB nacional.
En la actualidad, el grueso de la fabricación de torres, palas o góndolas de los parques eólicos marinos de todo el mundo, por sus elevadas dimensiones, se concentran en zonas costeras para facilitar la logística a los emplazamientos o puertos de pre-montaje. España se posiciona como segundo país de Europa y décimo del mundo en actividad del sector de la construcción naval.
Asimismo, se posiciona como el tercer país de la Unión Europea en número de astilleros en operación, concentrando la mayor parte de su actividad en Galicia, las Islas Canarias, Asturias y País Vasco. Por otro lado, el sistema portuario español de titularidad estatal integra una extensa red de puertos de interés general y la flota actual con la que cuenta el país dispone de buques cuya actividad podría ser complementaria a la actividad eólica marina.
6. Como conclusión, ¿qué propuestas concretas destacas para la nueva legislatura que ayuden a que el sector eólico mantenga su posición de liderazgo?
Planificación con visibilidad a corto y largo plazo, ordenación del despliegue renovable eficiente y equilibrado, medidas para preservar la capacidad industrial y la creación de valor añadido en la tecnología, medidas de blindaje europeo ante las prácticas de dumping industrial y competencia desleal por parte de otros mercados, nuevas convocatorias de subastas de renovables enfocadas a valor, coordinación territorial y aceptación social, agilización del permitting y digitalización, estabilidad regulatoria, y despegue de la eólica marina con un calendario de subastas lo antes posible.
No te pierdas el próximo evento de AEE
El II Congreso Eólico Marino analizará el potencial que tiene esta tecnología para posicionar a la industria española como referente internacional. En este ámbito, y en concreto de la tecnología flotante, España es un hub tecnológico e industrial a nivel mundial. Los principales expertos en eólica marina del sector se dan cita en este encuentro en Gran Canaria del 7 al 8 de noviembre (el 6 de noviembre se celebrará un Welcome Drinks).
Más información en https://aeeolica.org/evento/ii-congreso-eolico-marino/