Esta semana, AEE ha publicado la X Edición del Informe de Siniestralidad del Sector Eólico, elaborado por las empresas que componen el Grupo de Trabajo de Prevención de Riesgos Laborales. De las conclusiones principales del informe, destaca que el sector eólico sigue siendo líder en baja siniestralidad comparado con otros sectores, y mantiene su firme compromiso con la prevención de riesgos laborales para conseguir una reducción práctica de la siniestralidad.
Tras un 2020 marcado por la pandemia, el GT de Prevención de Riesgos Laborales de AEE ha vuelto a elaborar un año más este Informe de Siniestralidad como continuación a los informes que viene desarrollando desde 2007 ante la necesidad de conocer la siniestralidad laboral en el sector eólico.
AEE considera que conocer los principales indicadores de siniestralidad del sector eólico es fundamental como ejercicio de transparencia, contribuyendo de esta manera a reforzar la cultura de prevención de riesgos laborales en el sector y reduciendo mediante el estudio y análisis de estos índices potenciales incidentes futuros.
La elaboración de este informe es posible gracias a la colaboración de las empresas que cada año suministran información. En este caso, este informe cubre los años de 2019 y 2020. Para 2019, han participado 46 empresas y para el 2020 la participación ha aumentado hasta las 56 empresas.
Respecto a 2018, año en el cual ya se habían obtenido estadísticas favorables, en 2019 todos los índices de siniestralidad del sector sufrieron un descenso, mostrando los esfuerzos que se han dedicado en el sector a mejorar la Prevención de Riesgos Laborales. Así, el índice de incidencia (accidentes por cada mil trabajadores) decreció un 8%, el índice de frecuencia (accidentes con baja por cada millón de horas trabajadas) bajó un 3%, el índice de gravedad (jornadas laborales perdidas por cada mil horas trabajadas) disminuyó un 11% y, por último, la duración media de las bajas disminuyó en 2 jornadas (-8%).
Sin embargo, en 2020 no se pudo continuar esta tendencia positiva que venía experimentando el sector, con un leve aumento del índice de incidencia en un 4%, aunque todavía por debajo del registrado en 2018. Un incremento más severo se ha registrado para el índice de frecuencia (+27%), la duración media de las bajas (+29%), y, especialmente, para el índice de gravedad (+63%). Es decir, a pesar de que el número de accidentes por número de trabajadores no ha sufrido un aumento apreciable, la severidad de los mismos, traducida en jornadas perdidas, sí ha sufrido un crecimiento sustancial. Por ello, será necesario seguir trabajando y comprobar si esta tendencia creciente continúa en próximos años.
A pesar de que en 2020 se ha sufrido la crisis sanitaria de la COVID-19, el aumento en los índices de siniestralidad que ha tenido lugar en dicho año no se achaca a esta, dado que la tipología de los accidentes se ha mantenido con respecto a años anteriores y los accidentes son debidos a causas no relacionadas con la pandemia.
En consecuencia, a pesar de la mejora de 2019 y para volver a esa senda en próximos años, revirtiendo los resultados de 2020, se hace necesario seguir trabajando en la mejora de los procedimientos de trabajo, la Coordinación de Actividades Empresariales y la formación en Prevención de Riesgos Laborales, ante los retos que afronta el sector a para la puesta en marcha de nuevos parques eólicos y el incremento de la presión competitiva a la que se encuentra sometido.
En este sentido, el sector eólico sigue siendo líder en baja siniestralidad, más aún si lo comparamos con otros sectores como la industria o la construcción, y mantiene su firme compromiso con la prevención de riesgos laborales para conseguir una reducción práctica de la siniestralidad.
El informe completo puede consultarse en este enlace.