Los parques de energía eólica han seguido funcionando con normalidad y su capacidad no se ha visto prácticamente afectada gracias a la rápida adecuación de los trabajadores para desarrollar sus tareas siguiendo los protocolos de seguridad recomendados. En este artículo, David Torres, Wind Energy Manager de TÜV SÜD España, realiza un análisis de cómo ha impactado la crisis del COVID-19 en el sector eólico en estos últimos meses.
En términos generales, durante los meses de marzo y abril, la demanda energética ha bajado considerablemente respecto a meses homónimos de años anteriores, debido fundamentalmente al parón que han sufrido las grandes industrias con motivo de la crisis sanitaria del COVID-19. Sin embargo, los números del sector eólico en relación con la cobertura de la demanda se han mantenido en valores positivos. De esta forma, en marzo de 2020 se ha registrado un crecimiento del 15% respecto al mismo periodo del año anterior y, durante marzo y abril de 2020 se ha detectado una cobertura media de la demanda de un 25-27%.
Durante esta situación, los parques de energía eólica han seguido funcionando con normalidad y su capacidad no se ha visto prácticamente afectada gracias a la rápida adecuación de los trabajadores para desarrollar sus tareas siguiendo los protocolos de seguridad recomendados, dando prioridad a las funciones necesarias para asegurar la continuidad y eficacia de la operación. Desde TÜV SÜD, compañía líder internacional en soluciones de alta calidad, sostenibilidad y seguridad, hemos visto como ciertas actividades que requieren inspección o verificación presencial han sido retrasadas hasta que las medidas de prevención han sido totalmente definidas, incluyendo tareas en parques en construcción. Una vez definidos los protocolos de seguridad, se han ido reanudando normalmente tras la petición del cliente y, por su parte, las tareas de O&M no se han interrumpido en ningún momento para poder actuar sobre incidencias que pudieran influir en la continuidad de generación de las turbinas, rebajando únicamente la carga de trabajos de mantenimiento preventivo.
El sector eólico al igual que otras industrias, se ha ido adaptando a los protocolos preventivos de seguridad para que los trabajadores implicados realicen sus tareas con la mínima exposición posible al virus. Es necesario, por tanto, que las empresas implicadas o responsables de cada uno de los distintos trabajos apliquen unas medidas de seguridad y protección de la salud estrictas en su ejecución, adaptadas a la tarea en concreto y huyendo en todo momento de recomendaciones genéricas que puedan no ser efectivas en ciertos casos. Será un trabajo de todos que las actividades continúen con normalidad y probablemente, así será.
Desde la Asociación Empresarial Eólica se ha presentado una batería de medidas para conseguir el relanzamiento económico de España tras las crisis del COVID-19, una propuesta totalmente alineada con las necesidades del sector y enfocadas a esa mejora económica general. Un aspecto clave a considerar será el mantenimiento de los puestos de trabajo previos a la crisis, así como las distintas inversiones en proyectos para relanzar de nuevo el sector, teniendo que implementar nuevas políticas para aprovechar lo aprendido en esta crisis y para a su vez, estar preparados para posibles situaciones similares de cara al futuro. Del mismo modo, será clave el crecimiento del sector de la mano del PNIEC agilizando los procesos actuales.
Precisamente, el sector de las energías renovables deberá prevalecer como una fuente para la cobertura de la demanda eléctrica, pues cada vez tiene más peso debido al problema medioambiental crítico y progresivo que vivimos. Al ser una industria con tantos tipos de actividades asociadas para el desarrollo de un proyecto, desde su diseño preliminar hasta que la planta está en operación, significa que la capacidad de generar empleo es alta y, además, el desarrollo y rentabilidad de las tecnologías va en aumento. Todo ello, indudablemente, ayudará a seguir invirtiendo.
Factores a tener en cuenta para extender la vida útil de un parque eólico
Para decidir si es posible extender la vida útil de un aerogenerador y, de esta forma, continuar con su operación, debemos analizar los datos que van a intervenir en el modelo y que estarán relacionados con el viento y operacionales del parque. Además, debemos tener en cuenta la modelización de las cargas generadas en las turbinas para estudiar la vida remanente y conviene realizar una inspección in situ adaptada a los resultados teóricos para evaluar el estado de ciertos componentes. Lo cierto es que un alto porcentaje de los aerogeneradores pueden seguir utilizándose tras expirar su periodo de vida útil. Precisamente, el análisis de su situación permitirá que los operadores realicen una gestión de los activos adaptada, no solo para el momento de extensión de vida, sino también con un enfoque a los riesgos de seguridad y a criterios financieros.
David Torres, Wind Energy Manager de TÜV SÜD España