Afinar el P50 o el valor de los activos en preconstrucción. Análisis de UL

UL siempre innova, mejora y aprende de la experiencia. Pocas empresas disponen del conocimiento, recursos y capacidad para este tipo de aprendizaje. Los equipos de ingenieros expertos que pueden dedicar sus esfuerzos a la mejora de procedimientos cobran cada vez más relevancia, especialmente porqué dichos ingenieros ‘independientes’ pueden abordar este aprendizaje bajo una óptica equidistante. Bajo esa perspectiva, podremos generar más energía, más fiable y tener unos activos más rentables.

El P50 es, a fecha de hoy, un valor totalmente predecible en el promedio de los proyectos
Desde la década de los 90, UL ha realizado miles de evaluaciones de rendimiento energético (EYA) a nivel mundial. Para verificar la precisión de estas evaluaciones energéticas, UL desarrolla periódicamente estudios retrospectivos en los que se comparan EYAs realizados cuando las plantas se encontraban en desarrollo y evaluaciones energéticas operacionales (OP-EYAs) para las mismas plantas cuando éstas ya llevan un periodo suficiente de operación.

Tomando como referencia el último estudio retrospectivo publicado (“Wind Energy Yield Methods Update”, (2020). UL Renewables White Paper), cuando comparamos la energía observada en una muestra de 43 plantas situadas en Europa y el Norte de África, vemos una producción (en P50) con un delta positivo de 1,3% (más producción en operación que la esperada en la fase de preconstrucción). Esta diferencia no es estadísticamente significativa para el tamaño de la muestra y la dispersión de los resultados. Además, responde en gran parte a la asimetría de la distribución, donde unos pocos proyectos desplazan la distribución hacia la derecha. Esto lo podemos comprobar si nos fijamos en la mediana, para la que la desviación es apenas del -0,3%, lo que nos indica que casi exactamente la mitad de los proyectos excedieron el P50 pronosticado, como cabe esperar si la representación estadística es adecuada. Este puede ser uno de los enunciados base de todo el trabajo realizado.

¿Como conseguimos que un trabajo de este tipo tenga la representatividad esperada? Desde luego es fundamental la selección de los emplazamientos, de tal forma que la muestra sea lo más parecida posible a la generalidad de los estudios que se realizan. Los principales criterios de selección fueron los siguientes:

• Disponibilidad del estudio preconstructivo así como de la estimación operativa, o al menos de los datos necesarios para poder realizar ambos estudios.
• Buena calidad de los datos, tanto de las mediciones de viento como de la producción del parque en operación.
• Antigüedad del proyecto. Se han priorizado proyectos recientes respecto a algunos con máquinas antiguas.

Las plantas seleccionadas presentan regímenes de viento y usos del suelo muy diversos. En cambio, para todas ellas el tipo de terreno predominante es simple. El rango de tamaños de planta es diverso, aunque la mayoría de ellas pueden considerarse pequeñas; 34 tienen menos de 10 aerogeneradores. En promedio se dispusieron de 25,9 meses de datos de operación para cada proyecto, lo que significa que esta validación se basa en más de 90 años de datos operacionales.

La siguiente gráfica muestra la distribución de proyectos según la relación entre producción estimada y producción operativa. Más allá del valor absoluto, lo más llamativo es que el P50 es, a fecha de hoy, un valor totalmente predecible en promedio, y se debería considerar como el valor más conveniente para determinar el valor como activo de cada proyecto.

Las estimaciones de incertidumbre reflejan fielmente la dispersión de los resultados
La figura siguiente compara los resultados probabilísticos observados con los percentiles predichos. La línea discontinua de color azul muestra la proporción de proyectos (eje de ordenadas) que se encuentran por encima del valor P indicado en el eje de abscisas. Si el P50 del EYA no estuviera sesgado y la incertidumbre se estimase con precisión, la línea azul caería sobre la línea continua negra, por lo que el 10% de los proyectos estaría por encima del P10, el 20% por encima del P20, y así sucesivamente. La proporción real está ligeramente por debajo de esta distribución ideal hasta aproximadamente el P50, en que la tendencia se invierte. Observamos que para el 100% de proyectos de esta muestra su producción operativa es igual o superior al valor estimado de P80.

El viento es viento
Hace años (bastantes) se podía considerar que ‘al final el viento es viento’, como expresión de su enorme variabilidad. Actualmente está demostrado que el recurso eólico a largo plazo se puede anticipar con mucha precisión, tanto en su valor central P50 como en la dispersión esperada expresada en los diferentes percentiles. Se trata de utilizar la experiencia y el aprendizaje continuo. Estos resultados ya no se consideran como un conocimiento exclusivo en que fundamentar el core tecnológico de las empresas, sino de un conocimiento que necesariamente debe ser compartido para que sea aplicado de manera masiva en todo el sector. Estamos en un escenario donde se puede afirmar la total confiabilidad de la generación eólica, facilitando su uso a la escala que nos demanda el planeta.