Ignacio Cámara es Ingeniero Técnico Forestal de formación, lleva desde el año 2001 en el sector de las energías renovables como consultor ambiental especializado en el desarrollo de instalaciones industriales de energía eólica y solar, asesoramiento integral al promotor y ayuda en la tramitación y gestión. Desde 2017 desarrolla esta labor dentro su propio proyecto empresarial (INDYCA, Ingenieros Dachary y Cámara S.L.). En el año 2021 cofunda ZEFIRO PARTNERS, empresa comercializadora de soluciones tecnológicas aplicadas para la reducción del impacto de parques eólicos y otras infraestructuras.
ZEFIRO PARTNERS ofrece soluciones tecnológicas de vanguardia para compatibilizar la implantación de las energías renovables con la conservación de los ecosistemas y el desarrollo socioeconómico de los territorios. Contadnos brevemente el origen de vuestra empresa y evolución.
ZEFIRO es una empresa de creación reciente cuyo objetivo es suministrar soluciones tecnológicas innovadoras para la reducción del impacto ambiental de distintas infraestructuras, principalmente parques eólicos. Como consultores ambientales que también somos, detectamos que existían opciones disponibles para reducir el impacto ambiental y mejorar la viabilidad de estos proyectos que se estaban aplicando exitosamente en otros países, pero que no estaban disponibles en el mercado ibérico. Es en ese momento cuando decidimos empezar a comercializar de forma exclusiva los sistemas IDENTIFLIGHT Y PARASOL en España y Portugal.
¿Cuál es vuestra propuesta y líneas de actuación para trabajar por el respeto con el entorno?
La razón de ser de ZEFIRO PARTNERS es precisamente la integración ambiental de parques eólicos -y otros proyectos- en los entornos donde se instalan mediante la implementación de soluciones tecnológica que nos permiten gestionar el impacto que provocan. Así que podríamos decir que nuestra propuesta somos nosotros mismos. Nuestras líneas de trabajo se centran en maximizar la viabilidad ambiental y aceptación social de los parques eólicos mediante la reducción de la mortalidad de aves y la minimización del impacto visual y la contaminación lumínica.
¿Cuáles son vuestros productos y sistemas empleados para minimizar el impacto en el medioambiente y maximizar la producción de energía verde?
ZEFIRO PARTNERS comercializa actualmente dos soluciones tecnológicas. Una es IDENTIFLIGHT, que es una herramienta que reduce la mortalidad de aves en parques eólicos. Y lo consigue a través de un sistema de cámaras ópticas de tres dimensiones gestionado mediante inteligencia artificial (IA), que permite detectar e identificar a las aves en vuelo, cartografiar su trayectoria, analizar el riesgo de colisión contra el aerogenerador, y por último tomar la decisión de ralentizar o parar la turbina según los parámetros de gestión predeterminados. De tal forma que solo actúa si el ave es una especie a proteger y su trayectoria implica una colisión con el rotor, lo que reduce la pérdida de producción al mínimo indispensable. Esas son sus grandes fortalezas, pues es la única tecnología del mercado capaz de discernir a nivel de especie y de definir las trayectorias de vuelo con niveles de precisión que superan el 95 % de fiabilidad. Además, no solo permite programar las ordenes según las necesidades específicas de cada proyecto, sino que, al tratarse de una IA basada en redes neuronales convolucionales, el sistema puede incorporar cualquier especie y ajustar su efectividad a medida que se le introducen nuevas imágenes y/o las recoge sobre el terreno. Y la otra solución es PARASOL. Una herramienta que elimina la contaminación lumínica de las balizas de posición de los aerogeneradores, reduciendo el impacto paisajístico, sobre la fauna y la salud humana, e incrementando la aceptación social de los proyectos y, por tanto, su viabilidad empresarial. Está basado en una red de radares pasivos que permiten mantener las luces de posición aeronáutica apagadas y encenderlas solo cuando una aeronave entra dentro del radio de seguridad de la instalación. Se trata de un producto homologado y plenamente aceptado en países como Alemania, donde recientemente se ha legislado para que todos los proyectos eólicos cuenten con estos sistemas de control de balizas; y que en España está en la etapa final de convalidación por las autoridades aeronáuticas.
¿En qué países y zonas en el sector eólico estáis implementando vuestros productos?
Por el momento, IDENTIFLIGHT cuenta con más de 150 instalaciones en siete países de tres continentes; y su efectividad para reducir la mortalidad de aves se encuentra oficialmente certificada por las autoridades ambientales de Alemania, Francia, Australia, Suecia y Estados Unidos. De hecho, es el único sistema de su tipo que cuenta con estas acreditaciones. En España, la ausencia de una regulación clara para definir los umbrales de eficacia de este tipo de soluciones por parte de las administraciones, ha ralentizado algo su implantación al tener que competir con opciones más económicas. Pero tras la importante labor de comunicación que ha realizado el equipo de ZEFIRO PARTNERS, hemos conseguido poner el valor la calidad de este producto dentro de las opciones comerciales, y ya tenemos procesos negociación abiertos con varios promotores para la instalación de las primeras unidades. Respecto a PARASOL, actualmente su implementación se centra en Alemania, donde, como os decía, existe la obligatoriedad de que todos los proyectos eólicos controlen el impacto lumínico de los aerogeneradores mediante este tipo procedimientos. En España instalaremos en breve la primera unidad, pues hemos debido convalidar las autorizaciones para uso aeronáutico a la regulación española.
La industria eólica ha avanzado en los últimos años en la creación de herramientas que eviten que las aves y quirópteros colisionen con los aerogeneradores. ¿Qué innovación habrá de cara al futuro en este aspecto?
En realidad, los sistemas de detección y parada automática son tecnologías muy incipientes y la mayor parte de los productos aún están en fase de desarrollo o no ofrecen una operatividad plenamente satisfactoria. No obstante, tenemos claro que son aspectos que se superaran en el medio plazo. A nuestro entender, la clave estará en ganar la máxima fiabilidad en la identificación de especies y a la hora de establecer criterios de parada acertados en todos los contextos. Actualmente muchos sistemas tienen problemas para distinguir correctamente a las especies de interés o para caracterizar situaciones de colisión real, lo que implica interferencias en la producción que no siempre son asumibles. Otra línea a explorar con mucho recorrido para este sector es la eólica marina, donde los sistemas automáticos deberán ser capaces de ofrecer altas prestaciones en contextos muy exigentes para los materiales y los softwares de detección/identificación.
¿Consideráis que la inteligencia artificial está teniendo un peso importante en la evolución de estas medidas de gestión de impactos, así como en la evolución de nuevos softwares?
Así es. De hecho, creemos que en el caso de IDENTIFLIGHT es un elemento clave y muy diferenciador. A día de hoy, como he comentado, es el único sistema del mercado que puede identificar aves a nivel de especie y que tiene capacidad de aprendizaje, lo que le permite mejorar sus cualidades a medida que permanece operativo. Ahora bien, lo normal es que el resto de tecnologías deriven hacía el uso de software basados en la IA para mejorar su efectividad y minimizar las paradas innecesarias de los aerogeneradores, pues no podemos perder de vista que la finalidad última es la producción de energía eléctrica.
Uno de los grandes retos de la eólica es el creciente impacto ambiental de los aerogeneradores de grandes dimensiones. ¿Qué innovaciones ha habido al respecto en vuestros sistemas?
En el caso de IDENTIFLIGHT, sus capacidades le permiten actuar de forma efectiva a más de 1000 metros con las especies grandes y a unos 700 metros para las pequeñas, que son distancias que engloban con creces cualquier dimensión presente o futura que pueda alcanzar un aerogenerador. En ese sentido, el tamaño de la turbina no es un factor limitante. En cuanto a PARASOL, al igual que con el caso anterior, el radio de acción de 4 km por unidad cubre cualquier configuración relacionada con el tamaño del aerogenerador y no supone una restricción operativa. Precisamente su utilidad se hace más patente si cabe con los aerogeneradores más grandes, pues es cuando la regulación de navegación aérea es más restrictiva y exige un mayor número de balizas luminosas, lo que convierte el horizonte nocturno en un mar de luces parpadeantes, algo que no es asumible desde un punto de vista paisajístico. Por eso también nos sorprende que, tanto las administraciones como promotores/operadores, apenas se hayan hecho eco de estos sistemas y no se instalen de serie en todos los nuevos proyectos, especialmente considerando que se trata de herramientas testadas y realmente eficaces.
¿Cómo veis la actual evolución de los requisitos de detección y prevención de colisión de aves en las Comunidades Autónomas?
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico cuenta con el “Protocolo de actuación con aerogeneradores conflictivos” -un conjunto de directrices de parada e incluso desmantelamiento de aerogeneradores en función de la mortalidad que ocasionen- que afecta directamente al objeto de la pregunta, y que de momento solo han trasladado a su doctrina de gestión ambiental algunas CCAA, si bien terminará por ocurrir con todas ellas. Sin embargo, a pesar de la influencia de estas directrices sobre el sector y la producción, a día de hoy no tenemos constancia de ninguna iniciativa autonómica que pretenda regular formalmente la utilización de estos sistemas para que garanticen el cumplimiento de unos objetivos mínimos, algo que sí ha sucedido en otros países de Europa. Las prescripciones que se hacen desde las CCAA provienen de iniciativas más bien personales de los técnicos, lo que implica que los requisitos no sean homogéneos y que dependan del grado de conocimiento que tengan de estos productos los responsables de la evaluación de los proyectos en la administración. En ese sentido somos un poco pesimistas, pues los sistemas que ya están desarrollados y cumplen las expectativas, y cuyo recorrido ha llevado una mayor inversión en tiempo y recursos, se encuentran en desventaja frente aquellos más incipientes o menos fiables pero comercializables por un menor coste. Ahora mismo tenemos nuestra esperanza puesta en el proceso de normalización internacional que estamos impulsado junto con la sección de normalización de la AEE y la UNE, para elevar una propuesta de regulación a la International Electrotechnical Commission (IEC) que pueda dar unas garantías mínimas a usuarios y prescriptores. Hasta entonces tendremos que esperar.
Para saber más sobre nuestro protagonista
a. Libro favorito: Son muchos los libros y es difícil quedarse con uno. Tal vez “1984” de George Orwell, o “La Montaña Mágica” de Thomas Mann.
b. Serie: Me gustan las series que no se alargan innecesariamente. Recomendaría Chernobyl
c. Película: Hay tantas… Por elegir una reciente diría “As bestas”, con temática eólica incluida. Y por sus giros inesperados El club de la lucha, o Memento, de Christopher Nolan
d. Color: Verde
En nuestra vida cotidiana, todos podemos contribuir a la lucha contra el cambio climático. ¿Cuál es tu propuesta de medida concreta que nuestros lectores pueden poner en práctica en sus rutinas diarias hoy mismo?
El reciclaje. Es fundamental que nos concienciemos en reciclar e intentar utilizar la menor cantidad de recursos posible. Para mi es uno de los problemas del mundo son los residuos que se generan y, especialmente, los plásticos.