El I Congreso Eólico Marino de Bilbao ha sido la puesta en escena ideal para la eólica marina en España, un sector de alto potencial en nuestro país, pero aún lejos de la relevancia estratégica que ya tiene en muchas partes del mundo como son el resto de Europa, América, Oceanía y Asia Oriental. Estamos atrasados respecto a Europa en el desarrollo de un marco normativo para la eólica marina, y nuestro potencial como país capaz de liderar el sector a nivel internacional, por conocimiento, talento, tecnología y recursos naturales, nos obliga a recuperar el terreno perdido.
La aprobación de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) y del marco legal que definirá los criterios de los concursos está cada vez más cerca, y supondrá un punto de inflexión para nuestro sector. La tan esperada legislación es una oportunidad para afrontar uno de los retos más importantes que tiene el sector: poner el territorio en el centro.
El marco legal que definirá los criterios para los concursos debe valorar positivamente el esfuerzo de los promotores en integrar los proyectos al territorio y generar consenso ciudadano respecto la importancia del sector. A través de un diálogo permanente y una escucha activa, debemos trabajar para implementar parques que tengan aprobación ciudadana y aporten un retorno al territorio. En caso contrario, corremos el riesgo de caer en errores pasados.
La asignatura pendiente de los proyectos en España
Sin duda, los grandes proyectos desarrollados en España son muy importantes para el crecimiento económico y el buen estado de salud de los sectores estratégicos del país. Teniendo esto en cuenta, es también innegable que en más de una ocasión no han gozado de la aprobación que hubieran deseado, tanto por parte de la opinión pública como de aquellos territorios donde se ubicaban.
La propia naturaleza de estas infraestructuras genera dudas lógicas entre los vecinos y actores del entorno, muy a menudo basadas en la falta de información y transparencia, por lo que un diálogo temprano y un acercamiento con el territorio puede ayudar a garantizar la viabilidad de los proyectos. En caso contrario, se corre el riesgo de generar un rechazo social que pueda derivar en la paralización, suspensión o incluso cancelación de los proyectos.
Un cambio de paradigma en la eólica marina
Para hacer posible este cambio de paradigma es imperativo que la legislación tenga en cuenta esta necesidad y marque el camino a seguir para un nuevo modelo de infraestructuras estratégicas que ponga el territorio en el centro y garantice un equilibrio entre viabilidad técnica y aceptación ciudadana.
Los criterios de los concursos de eólica marina deben exigir como requisito para los promotores un diálogo temprano, transparente y efectivo con el territorio donde se ubicarán los proyectos. Este diálogo debe revertir en resultados tangibles, como garantizar un acceso público a la información de los proyectos, incentivar la participación de los ciudadanos en la inversión del proyecto, y la búsqueda de un retorno al territorio donde se ubican los parques.La legislación debe premiar la contribución de los promotores a la investigación sobre compatibilidades de usos, impacto en ecosistemas, y el desarrollo tecnológico, a la vez que valorar aquellos proyectos con un elevado nivel de madurez. Solo a través de esta visión holística de la eólica marina como sector comprometido con el entorno y el territorio lograremos implementar proyectos duraderos y de calidad.
Los promotores jugamos un papel clave en esta ecuación, y debemos acompañar nuestros proyectos de una cuidadosa planificación que incluya a todos los actores del territorio y los sitúe en el centro, informándoles sobre el proyecto, escuchando sus puntos de vista, y finalmente mejorando los proyectos para garantizar su éxito. Se trata de escuchar, entender y dialogar para consolidar un objetivo común: instalar infraestructuras que hagan crecer al país, garantizando la compatibilidad en el uso del mar y un retorno positivo para las comunidades locales.
Carlos Martin, CEO de BlueFloat Energy