En esta nueva edición del boletín mensual de AEE, Pablo Ayesa, director general del CENER (Centro Nacional de Energías Renovables), es el protagonista de la entrevista del mes.
1. Nos encontramos en una situación de incertidumbre por culpa de la situación creada por la crisis sanitaria provocada por el Covid-19. ¿Qué papel cree que tendrá la transición ecológica en la recuperación económica y social?
Después de una situación como la que tristemente estamos viviendo, en la que se resienten empleo, riqueza y estructuras productivas, se tiene que procurar un crecimiento equivalente y para ello las diferentes economías están preparando paquetes de estímulo. Asimismo, la transición ecológica es claramente un imperativo imprescindible para combatir un problema global de extrema urgencia, el cambio climático, pese a que ha pasado temporalmente a un segundo plano de atención por la rotundidad y extrema dureza de la pandemia.
La suma de los dos factores indica claramente que como sociedad debemos apostar por las renovables y la economía circular como solución a ambos problemas. No sólo no son factores excluyentes sino que están perfectamente alineados.
En este sentido, tanto la Agencia Internacional de la Energía como IRENA y numerosas organizaciones e instituciones, ministros y cargos públicos, ejecutivos y expertos han manifestado públicamente que la transición energética es parte sustancial de la solución, como también se indica en el Pacto Verde de la UE que ha sido presentado recientemente.
Por último, no podemos olvidar que la investigación, el desarrollo y la innovación son una necesidad para el crecimiento. No será posible llegar a una transformación energética como la que necesitamos ni generar los niveles necesarios de riqueza para alcanzar la justicia social sin I+D+i. Debemos proteger y fomentar la I+D como una parte fundamental de los esfuerzos público-privados de estímulo económico.
2. Haciendo un repaso por los años de actividad de CENER que ha colaborado con la industria renovable para lograr una transición energética, ¿cuáles han sido en su opinión los principales desarrollos en los que han colaborado?
CENER ha acompañado el desarrollo tecnológico del sector renovable español en muy distintas facetas desde hace casi 20 años. Los desafíos que hemos ido afrontando han cambiado con el tiempo conforme han sido solventados y CENER ha evolucionado con ellos.
En concreto, en eólica durante los primeros años existían necesidades importantes asociadas al recurso y a la operativa técnica de la red. En ese periodo trabajamos muy activamente en la simulación meteorológica, en aspectos relacionados con la predicción de la producción o en fenómenos aerodinámicos a escala de parque. También tuvimos un papel importante apoyando los diseños de la industria, aportando conocimiento en disciplinas como el control, la aerodinámica, las estructuras compuestas o los procesos de certificación, que se han mantenido hasta hoy. Los diseños han evolucionado de una forma radical desde entonces y ha sido necesario aportar mucho conocimiento de ingeniería y tecnología de ensayo para llegar a la eólica competitiva y segura de la que disfrutamos actualmente. Después vino el offshore botton-fixed como un desafío técnico primero, que posteriormente se ha convertido en una industria altamente competitiva. También estuvimos en ese proceso acompañando al sector.
La eólica en general tiene muchos desafíos aún por superar y estamos ahora dedicándole una atención especial a los retos que presentan la eólica flotante, los grandes rotores y la digitalización de su industria.
3. A partir de ahora y con la esperada puesta en marcha del PNIEC y el anteproyecto de Ley, los dos pilares del Marco Estratégico de Energía y Clima para el período 2021-2030, se van a promover cambios rápidos y a corto plazo. ¿Cuáles serán algunos de los retos que CENER tiene previsto llevar a cabo?
El PNIEC y sobre todo la futura estrategia de descarbonización a 2050 van a requerir un intenso acompañamiento en I+D. Los primeros años del PNIEC, que llegan hasta 2030, van a suponer una mayor implantación de la tecnología existente, pero conforme avancemos en la transformación energética va a ser necesario incorporar mucha más tecnología, de diversa índole. Por eso nosotros tenemos la vista puesta en las tecnologías que vamos a necesitar para cumplir con los objetivos hasta 2050. El momento para empezar es ahora. Me refiero a tecnologías como son la inteligencia artificial, el blockchain o las plafaformas de gestión para la generación y gestión distribuida, el almacenamiento a gran escala, el acoplamiento de sectores o la economía circular de los materiales y componentes del aerogenerador.
Queremos ser un actor tecnológico importante de la transición energética y por eso estamos dedicando muchos esfuerzos a conseguirlo.
4. Las máquinas que se van a instalar a partir de ahora, ¿serán innovadoras en cuanto a su potencia o más bien en lo referente a su eficiencia?
En CENER pensamos que los aerogeneradores van a ser diferentes. También van a ser distintos los parques e incluso la manera de gestionar el sector eólico. En los últimos 20 años hemos avanzado muchísimo en los diseños más físico-mecánicos. Lo que se ha conseguido ya está lejos de lo que imaginamos hace pocos años de cómo debía ser un aerogenerador. Los nuevos materiales y procesos, así como una ingeniería y su correspondiente validación cada vez más sofisticadas, permitirán continuar con esta línea de eficiencia en la producción energética y capacidad de operación. Pero quizá el elemento diferencial va a ocurrir en los apartados que se denominan como soft. Se van a desplegar nuevas capacidades de sensórica, procesamiento y análisis, que van a convertir primero a los aerogenadores pero también a los parques y a la propia operativa, en sistemas mucho más inteligentes, capaces y económicamente más competitivos. Estamos ya en el momento de lo digital, virtual y Smart.
5. El componente social está tomando protagonismo a la hora de implementar instalaciones y servicios energéticos basados en energías renovables, ¿se puede hablar también en la eólica de la economía circular?
La gran eólica actual es una materia muy industrial por sus cifras en todos los órdenes: energía, economía, empleo… La economía circular también debe ser industrial y es lógicamente de aplicación a la energía eólica. Los primeros parques instalados en España han cumplido ya 20 años.
La primera forma de economía circular es la extensión de vida de los equipos para que lleguen al final de su vida útil con la mayor producción posible o hasta que la mayor productividad de los nuevos modelos recomiende su sustitución por nuevos equipos. Es entonces cuando tenemos la segunda oportunidad de economía circular industrial. Tendremos que recuperar los materiales de los equipos retirados y emplearlos para fabricar nuevos bienes, ahorrando energía e impactos medioambientales. Este proceso de reciclado se convertirá en una actividad estable que generará sin duda nuevos empleos y necesidades de innovación en el reciclaje efectivo a gran escala.
6. ¿Qué va a aportar la eólica offshore en materia de innovación?
El mundo offshore mezcla dos sectores hasta hace poco relativamente separados en lo físico y en lo económico, como son las operaciones marinas y la generación eólica, creando un nuevo espacio de creatividad para la innovación. Pienso que las especiales condiciones en las que trabajan los aerogeneradores offshore, con muchas horas al año en las que no están accesibles, altos costes de asistencia y sustitución de componentes, o la ausencia de restricciones actuales en aerogeneradores terrestres, en aspectos como el ruido, pueden hacer que se desarrollen tecnologías de alta disponibilidad, mantenimiento inteligente, control o nuevos estándares de operación, que pueden contribuir al desarrollo global de la industria, del mismo modo en que la Fórmula 1 ha generado algunos componentes hoy presentes en los vehículos como los frenos de disco o los motores turbo.
7. ¿Cómo se imagina CENER dentro de 20 años?
Imagino que será igual pero diferente. Espero que siga igual en actitud y capacidad para contribuir a solucionar los problemas con impacto en temas relevantes para la sociedad y diferente, porque los desafíos en los que habrá que trabajar serán distintos. Para lograrlo confío sin duda en el equipo multidisciplinar de personas que trabajamos en CENER y los que se irán incorporando al proyecto en los próximos años.
8. Nos gustaría conocer más sobre usted. ¿Nos recomendaría un libro y una serie que le hayan gustado especialmente?
La serie, en este caso de películas, que más me ha gustado es Starwars y un libro que me ha parecido muy interesante relacionado con el sector energético, aunque no lo calificaría de favorito, ha sido The Prize de D. Yergin, que realiza un repaso de la industria del petróleo desde 1850 hasta 1990. Tiene cierto tiempo pero ayuda a entender la fuerza transformadora del uso de la energía y su impacto global.
9. Cada uno de nosotros, en nuestro día a día, podemos colaborar en la lucha contra el cambio climático. ¿Cuál es su propuesta de medida concreta que nuestros lectores podrían aplicar desde hoy mismo en su rutina?
Pienso que la mayoría de nosotros tenemos claras muchas cosas que podríamos hacer y que no estamos haciendo. Mi propuesta concreta es que elijan una de esas cosas y que la conviertan en un hábito, y que mensualmente por ejemplo vayan añadiendo otros hábitos medioambientalmente recomendables. Solo así podremos cambiar las cosas, trabajando entre todos y día a día.