UL: COVID, retos y oportunidades en las renovables

En este artículo, firmado por Santiago Parés, Business Developer Manager Spain & Portugal de la empresa UL, analiza la identificación de retos y oportunidades en el sector eólico para ser el motor de tracción en la recuperación económica y la transición energética.

Los momentos convulsos que vivimos en España nos dan el más típico ejemplo de poder convertir un problema en una oportunidad. En cualquier escuela de negocio dedicarán tiempo a trabajar este mantra. El decrecimiento del PIB para 2021, sin afinar al decimal es obvio que es un descalabro económico del que buena parte de la ciudadanía aún no es consciente (sí, las cosas aún pueden empeorar, especialmente cuando se vacíe la hucha). Todo el ruido político existente en la tan atomizada administración pública española empeora, si cabe, las perspectivas que necesitamos para recuperarnos. Dicho esto (que es el problema), hay que poner el foco en la oportunidad, identificar los drivers de crecimiento, motivar los agentes económicos y traccionar el sector (lo que vulgarmente diríamos ‘tirar del carro’). En medio de la aprobación del PNIEC por parte de la UE, se prepara la provisión de un importante volumen de euros destinados a la recuperación post-COVID bajo unos pilares muy claros. Esa es la perspectiva europea, y todo apunta a que todo este proceso se va a monitorear muy de cerca. Así pues, los países receptores debemos ponernos las pilas en tener suficiente capacidad para gestionar, no ya los fondos, sino los proyectos receptores.

Recientemente, AEE elevó al Gobierno una línea de posibles proyectos en los que encajaría perfectamente el mandato dado por Europa para la recepción de fondos. El documento es completamente de acceso público, en un ejercicio de transparencia muy loable: pincha aquí. Son estos momentos donde el sector debe mostrar su madurez, no solo en lo tecnológico, sino en la capacidad para recibir las ayudas y generar el retorno esperado. Este es uno de los puntos, es necesario que las 200 empresas asociadas a AEE podamos demostrar nuestra capacidad de crear puestos de trabajo y de generar riqueza mediante este impulso que nos da la UE. Las empresas que traccionan cada sector, no solo la fabricación, añadimos valor a toda la cadena que hay en un proyecto eólico, durante los 30 o 40 años que puede llegar a tener su ciclo de vida (obviamente en los casos donde se aplica una estrategia de extensión de vida útil). Los proyectos definen unos paraguas bajo los cuáles cada empresa tiene la obligación (en términos de RSE) de generar riqueza. Este objetivo es la materialización del enfoque que hay detrás de estas ayudas. Una sugerencia: cualquier inversión, plan de acción, mandato obliga a una concreción, una planificación y, muy especialmente, la definición de unos indicadores bajo los cuáles, cada empresa pueda reflejar el retorno de este impulso económico en términos de crear lugares de trabajo y aportar riqueza. ¿Estamos listos todos? Los tan utilizados KPI, ¿los tenemos a punto para anticipar y trackear este retorno? Me parece obvio que cuánto mejor podamos reflejar los proyectos donde utilizar esto fondos más plausible será la madurez que nos pide la UE.

Además del enfoque económico/social, tenemos que plantear esta dinámica con el foco claro en los objetivos de descarbonización. Si bien es obvia la necesidad de instalar la máxima capacidad renovable, la generación de energía limpia requiere tener la tecnología trabajando a su mejor eficiencia. Para entendernos, cada km cuadrado de terreno apto, debe poder generar la máxima energía posible, que es el ‘producto’ que finalmente consumiremos (aquello que no podemos modificar es la superficie apta para generar electricidad con fuentes renovables). Toca generar la máxima cantidad de energía verde posible. La tecnología existente en España permite colocarnos líderes globales, pero, ¿estamos realmente utilizando todas nuestras capacidades?

Lo comentado sobre la tecnología tiene un buen paralelismo en el diseño financiero detrás de las inversiones en energía renovable. La comunidad de asesores financieros en España se ha extendido y está presente en muchos otros mercados, desde Wall Street a la City. ¿Quién no conoce asesor en firmas de primer nivel (sean bancos o fondos)? Esto, que puede parecer trivial, es otro elemento que posiciona el sector español globalmente. Para ser directo, hay capital disponible, instrumentos adecuados y apetito. Así que ni la tecnología ni la financiación son puntos débiles, todo lo contrario. ¿Se puede mejorar? ¡sí!, por supuesto que sí. Algo que es frecuente en sectores profesionales superiores, es la presencia de ciertas distancias (incluso barreras) a la hora de generar conocimiento transversal. En este sentido (evitaré ir a detalles….), podemos compartir la idea de que los modelos financieros podrían dar un salto positivo si los configuramos con las certezas que el sector ha ido alcanzando estos últimos años. Me pregunto si, más allá de la riqueza de instrumentos financieros, las simulaciones que utilizamos están siendo mejoradas con la solidez que el sector ha ido alcanzando. Como se dice en Twitter, ‘abro hilo’

Tecnología, financiación, ¿qué más? innovación. Quedan aún demasiadas empresas en las que la innovación no está suficientemente estructurada, con recursos, planes u objetivos. Nuestro sector demanda actores que vayan impulsando las curvas de aprendizaje, no podemos ir a rebufo, el copiar y pegar en las renovables es muy poco recomendable (puedo decir que todas las empresas también tienen su ego, alimentado cada vez que se nos han copiado, pero no es una estrategia de negocio). Hay que innovar. En otras ocasiones, desde UL, hemos y estamos insistiendo mucho en la necesidad de digitalizar, no confundir con innovación, la digitalización es una implementación imprescindible.

Santigo Parés
Desarrollo de Negocio en España y Portugal
UL