Sara Aagesen, Secretaria de Estado de Energía en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, es la protagonista de la entrevista del mes en nuestra newsletter.
Sara Aagesen (Madrid, 1976) es ingeniera química por la Universidad Complutense de Madrid, con especialidad de Medio Ambiente (2001). En 2002 se incorpora a la Oficina de Cambio Climático, donde ha desarrollado una trayectoria vinculada a la acción por el clima y la transición energética tanto en el marco nacional como internacional. Negociadora para la delegación española en la Convención Marco de Naciones Unidas contra el Cambio Climático (CMNUCC) y del Grupo Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático (IPCC) desde 2002, ha sido miembro del Consejo Asesor del Centro y Red de Tecnología del Clima (CTCN), auspiciado por la Organización de Naciones Unidas del Medio Ambiente, y de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), además de participar como experta nacional en diversos grupos de trabajo de la Comisión Europea y en el seguimiento y evaluación del desarrollo normativo comunitario. En 2018 es nombrada asesora del gabinete del Ministerio para la Transición Ecológica, donde se encargó de la dirección, coordinación y definición del borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 y de la Estrategia a Largo Plazo 2050. Asimismo, ha participado en el diseño de políticas y medidas del nuevo marco regulatorio en materia de energía. Desde enero de 2020 ocupa la Secretaría de Estado de Energía en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
1. Las energías renovables están llamadas a ser protagonistas en la reconstrucción económica que España necesita. ¿Cuál considera que será el papel de la energía eólica en la reconstrucción económica y social?
La tecnología eólica está especialmente bien posicionada para jugar un papel fundamental en la recuperación económica y social del país, no sólo por su capacidad de despliegue en el país, sino también por el efecto tractor del desarrollo de esta tecnología en el empleo y en la actividad económica, a través de una cadena de valor muy consolidada nacional e internacionalmente.
El sector eólico español se encuentra entre los líderes a nivel mundial en actividades como la promoción de parques eólicos, la fabricación de aerogeneradores y de componentes específicos como torres, palas o rodamientos, pero también en actividades de ingeniería, consultoría, transporte o mantenimiento desarrollada por Empresas de Servicios Complementarios.
Cada una de las partes de la cadena de valor eólica consolida el papel del sector eólico en la transición energética y adquiere especial relevancia cuando hablamos de reactivación económica y de incrementar el peso del sector industrial en nuestra economía.
Para poder aprovechar todo el potencial del sector en un contexto de recuperación, además de aprovechar sus fortalezas, debemos ser capaces identificar aquellas necesidades de refuerzo u oportunidades de crecimiento o especialización para que el sector esté en las mejores condiciones para dar respuesta a las necesidades de desarrollo, construcción, mantenimiento, pero también gestión del fin de vida útil existente que permitirán alcanzar los objetivos a medio plazo establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), superando los retos del sector, a la vez que generando empleo y actividad.
En este sentido, el Gobierno ha presentado un Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, todo un “proyecto de país” que permitirá recuperar la actividad económica y el empleo.
Este Plan se fundamenta en la transición ecológica, que contará con al menos el 37% de la dotación, así como en la transición digital, la cohesión social y territorial e igualdad, estructurado a su vez en diez palancas de reforma estructural.
Una de las palancas incluidas en el Plan es la “Transición Energética justa e inclusiva” que cuenta como componentes principales reformas e inversiones que permitan el despliegue rápido de las energías renovables competitivas y maduras tecnológicamente como la eólica, pero también, las medidas necesarias para una plena integración de las renovables, como son el desarrollo de infraestructuras eléctricas inteligentes, almacenamiento y nuevos modelos de negocio, el hidrógeno renovable y actuaciones alineadas con la transición justa.
2. ¿Cuáles son las prioridades, los avances o cambios regulatorios que considera necesarios para acelerar la transición ecológica a la vez que se movilizan las inversiones tan necesarias para la reconstrucción económica?
España ya cuenta con un marco que persigue este mismo fin. Lo más importante es dar las señales adecuadas, proporcionar certidumbre y un marco estable. El Marco Estratégico de Energía y Clima, que incluye el PNIEC a 2030 y la Estrategia a Largo Plazo 2050 son un plan de transformación energética para lograr una economía competitiva, próspera y descarbonizada.
Por tanto, no partimos de cero ante el reto del plan de recuperación, sino que se trata de identificar aquellas líneas prioritarias y tractoras de generación de actividad y de empleo. De hecho, la Comisión Europea publicó recientemente su evaluación del conjunto de los planes de energía y clima de los distintos Estados Miembro. En el caso del PNIEC español, la Comisión identificó que éste supone una sólida base para el plan de recuperación para nuestro país.
Además, en el desarrollo del PNIEC, hemos aprobado la Hoja de Ruta del Hidrógeno o iniciado la consulta pública de la Estrategia de Almacenamiento, al que le seguirán otras consultas muy pronto.
Un avance sustancial vino de la mano del Real Decreto-Ley 23/2020 el pasado mes de junio, donde se busca asegurar que los permisos de acceso y conexión a las redes van ligados a proyectos reales y firmes, desarrollar un nuevo sistemas de subastas en sintonía con el grado de madurez actual de las tecnologías renovables, la simplificación administrativa, la posibilidad de desarrollar bancos de pruebas o “sandboxes” que ayuden al desarrollo de proyectos pre-comerciales, así como la introducción de elementos clave en el sistema como son el almacenamiento, la hibridación o el agregador independiente.
Sabemos que queda mucho por hacer. Terminar de definir el marco de acceso y conexión y sacar una primera convocatoria de subastas de energía renovable antes de finales de año son dos actuaciones esenciales.
Y por supuesto, es necesario la aprobación definitiva del Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
Estamos en disposición de alcanzar posiciones de liderazgo en la transición energética. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia es un pieza fundamentan para avanzar en los objetivos de transición ecológica próximos años. También compartir que el pasado 19 de octubre la Vicepresidenta Cuarta y Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico celebró la primera reunión del Foro sobre Transición Energética, Justa e Inclusiva, un espacio de diálogo que será clave para identificar y dinamizar proyectos.
3. Desde su ministerio se ha anunciado la convocatoria de futuras subastas de renovables. ¿Puede facilitarnos alguna pista de cuándo y cómo serán las próximas subastas?
El compromiso del Gobierno es tener subastas de renovables en este año.
La apuesta del nuevo marco de subastas es clara y transparente: pasar a un nuevo diseño de subastas alineado con el resto de países de nuestro entorno y acorde con los bajos costes que han alcanzado las tecnologías renovables. El propio PNIEC, el Real Decreto-ley 23/2020 y el borrador de real decreto que regula este nuevo marco, que será aprobado de manera inminente, detalla los principios y mecanismos por los que se regirán las nuevas subastas.
En la Secretaria de Estado de Energía estamos trabajando con celeridad para la aprobación del Real Decreto, así como la primera de las Órdenes Ministeriales que regulará el nuevo régimen de subastas y la Resolución. Su tramitación nos aportará un calendario previsible y permitirá a todos los sectores acomodarse a las necesidades y a la evolución del mercado a lo largo de los próximos años.
4. La hibridación y el almacenamiento ya han comenzado a tener presencia en nuestra regulación y en un futuro requerirán seguramente de normativa con mayor profundidad técnica para garantizar los nuevos retos de integración de renovables en el sistema. ¿Habrá nuevos mecanismos para maximizar su uso en el sistema de la forma más eficiente?
El primer paso ha sido incorporar al ordenamiento jurídico español el almacenamiento energético y la hibridación de tecnologías. Dos modelos de negocio que serán claves en la transición energética y que ofrecen, desde ya, oportunidades de impulso económico, empleo y mejora de la competitividad.
Por un lado, se reguló la figura del almacenamiento, que permite gestionar y optimizar la energía generada en las nuevas plantas renovables; y por otro, la de la hibridación, que posibilita combinar diversas tecnologías –fotovoltaica y eólica, por ejemplo–, en una misma instalación.
Garantizar la introducción de sistemas de almacenamiento en un sistema formado por fuentes de generación variable será fundamental para aportar flexibilidad y para garantizar el equilibrio entre la generación y la demanda.
Para tener una foto de las necesidades lanzamos a consulta la Estrategia de Almacenamiento, una Estrategia que establece las líneas de acción encaminadas a favorecer el efectivo despliegue del almacenamiento e impulsar la competitividad de la industria nacional en su cadena de valor.
Por otro lado, la hibridación es fundamental para la optimización del uso de las redes eléctricas, de la capacidad de acceso y del propio recurso disponible, minimizando los impactos ambientales, al sacarse el máximo partido a las ubicaciones de las plantas.
Y continuaremos con el desarrollo normativo que sea necesario en el futuro para ser un país cada vez más atractivo para la inversión, ofreciendo seguridad y un marco normativo estable.
5. Maximizar la integración de EERR en el sistema de la forma más eficiente, segura para el sistema y para las instalaciones en funcionamiento, es uno de los objetivos de la política energética. ¿Cuáles podrían ser los siguientes pasos para avanzar en este objetivo?
El objetivo final es alcanzar la neutralidad climática, y conseguir antes de 2050 un sistema eléctrico 100% renovables, donde es necesario que trabajemos en otros aspectos transversales como es la movilidad sostenible y la eficiencia energética.
La integración de sistemas que proporcionen estabilidad y flexibilidad al sistema energético será fundamental para maximizar la integración de las energías renovables, tales como el almacenamiento que ya hemos comentado, pero también la gestión de la demanda, que empoderará al ciudadano y que permitirá utilizar el recurso que la transición energética nos ofrece al incluir la generación distribuida. Para ello, será fundamental desarrollar mercados locales de electricidad, que permitan al cliente activo (productor-consumidor) gestionar de forma continua la energía producida o consumida en función de las señales de precio existentes, ya sea de forma directa o a través de la figura del agregador, así como el desarrollo de comunidades energéticas, ayudando al desarrollo de nuevos modelos de negocio. Será también imprescindible impulsar la hibridación y asegurar la optimización de la conexión a la red de estas tecnologías, aprovechando la capacidad de acceso y el recurso.
Debemos seguir identificando y analizando aquellas tecnologías renovables que están todavía poco maduras y que necesitan de nuestro apoyo, como es la eólica marina, y en concreto la eólica marina flotante.
El desarrollo de redes inteligentes o Smart grids, la digitalización que ayudará a que la gestión y operación del sistema eléctrico sea mucho más eficiente, pero que también podrá ayudar a la operación y al mantenimiento de parques, por ejemplo, eólicos, aumentando su vida útil o el desarrollo de micro grids, formarán parte del conjunto de tecnologías que permitan alcanzar la neutralidad climática.
El hidrógeno renovable, ligado necesariamente a plantas de energía renovable, será el vector energético que permita descarbonizar aquellos sectores difíciles, pero también proporcionar almacenamiento estacional.
Debemos de asegurar la sostenibilidad de toda la cadena de valor industrial. Así, no podemos olvidar la economía circular, integrando el reciclaje de forma activa.
La innovación y el I+D+i será la base en la que se debe de fundamentar el futuro de las tecnologías renovables, mejorando la eficiencia de las plantas eólicas, el proceso de economía circular, la operación y el mantenimiento, el desarrollo de redes más inteligentes o nuevas tecnologías de almacenamiento que permita proporcionar los servicios que el sistema va a ir requiriendo.
Todos estos aspectos han sido considerados en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en el que hemos trabajado, a través de las diez políticas palanca clave para la competitividad.
6. España es un mercado de referencia para las renovables y el país europeo que más ambición ha plasmado en el PNIEC. La situación actual que estamos viviendo, así como la incertidumbre que provoca el desarrollo de la pandemia, ¿considera que podría provocar una ralentización en el cumplimiento de los objetivos? y, en su caso, ¿qué medidas serían necesarias para evitarlo?
El objetivo de este Gobierno es que sea justo al contrario. Los expertos coinciden en que la mejor manera de combatir la ralentización económica y la incertidumbre que conlleva es reforzar la inversión en tecnologías limpias. Es por ello que pretendemos impulsar la recuperación del País a través de la transición ecológica y energética que nos permita construir una economía más sostenible, más digital y más inclusiva.
Las medidas de energía y clima están presentes de forma transversal en todo el Plan de recuperación de la economía española presentado el pasado 7 de octubre. Al menos el 37% del presupuesto contribuye a la transición ecológica, en línea con las prioridades bandera fijadas en Europa: el despliegue de las renovables, la rehabilitación energética, el despliegue de infraestructuras de recarga y la economía circular y recualificación profesional.
Precisamente ha sido en plena crisis sanitaria cuando la Comisión ha puesto encima de la mesa un aumento de ambición, para elevar al menos hasta el -55% el objetivo de reducción de emisiones para 2030, y en España estamos totalmente alineados con este objetivo.
La integración y el desarrollo de las palancas incluidas dentro del Plan de Recuperación ayudará a la consolidación de la cadena de valor de las tecnologías renovables como la eólica y de otros sistemas, a la reindustrialización del País, así como a la creación de sinergias entre industrias fundamentales para reactivar la economía y la actividad.
Esto permitirá que muchas empresas de tecnología renovable que en los años duros tuvieron que salir del país, desarrollando proyectos en el extranjero, puedan volver y consolidar la producción, la distribución y el desarrollo de proyectos a nivel nacional.
Tenemos una hoja de ruta clara y una cadena de valor consolidada. En Energía contamos con muchos proyectos con un alto nivel de maduración, lo que nos convierte en una palanca de transformación con mucho potencial en el corto plazo. Tenemos la oportunidad y responsabilidad de implementar los elementos que tienen más poder transformador y garantizar la puesta en marcha de reformas que estimulen la inversión.
7. Tecnologías como la eólica contribuyen a una transición energética y un cambio de modelo energético, social y económico. Las zonas rurales pueden aprovechar el potencial de las instalaciones eólicas con su impacto social y económico positivo en la zona. ¿Cuáles podrían ser algunas de las medidas que ayuden o faciliten la integración de la eólica en zonas donde hoy no tiene presencia?
Tenemos que saber sacar partido a la renovables como herramienta de lucha contra el reto demográfico respetando, además, la conservación de la biodiversidad del territorio, que también es un recurso de primer orden. Además de las plantas de generación, es importante atraer a estas zonas producción de componentes, cadena de valor, innovación. La industria eólica puede aprovechar las ventajas del mundo rural en muchos sentidos.
Contamos ya con experiencias positivas de municipios pequeños que se han visto reforzados o cuyo declive demográfico se ha visto revertido gracias a las inversiones y actuaciones en proyectos renovables. Conjuntamente, tenemos que ser capaces de trasladar al territorio los beneficios de las renovables, asegurando que las oportunidades de generación de empleo reviertan también en el propio territorio, e incluso avanzando en una mayor participación social en los proyectos, por ejemplo, mediante las comunidades de energías renovables.
Además, a través de la Estrategia de Transición Justa y de los Convenios, se busca mantener el empleo y la creación de actividad a través del acompañamiento a sectores y colectivos que, por los cierres de centrales, puedan estar en riesgo, con un diálogo abierto e inclusivo.
Así, para cada región se tiene en cuenta una especialización coherente con el contexto socioeconómico de la región y se analizan dónde están las oportunidades para el empleo y cuáles son las habilidades y las competencias que necesitan los trabajadores y las trabajadoras para ser parte activa del proceso de transición energética.
8. La eólica offshore tiene un gran potencial de crecimiento en toda Europa. España lidera el desarrollo de prototipos de soluciones flotantes a nivel mundial junto con Japón y USA. ¿Qué medidas cree que serían necesarias para aprovechar la oportunidad que ofrece dicha tecnología flotante?
Las tecnologías marinas suponen un enorme potencial energético e industrial en el contexto español y europeo, tanto por el recurso marino como por las potenciales sinergias con industrias clave como la siderúrgica o la naval.
Por ello, estamos desarrollando la Hoja de Ruta de la energía eólica marina y otras energías del mar como marco estratégico para el desarrollo normativo que permita el impulso de estas energías e impulso de la colaboración público-privada sobre las de energías marinas para la identificación y desarrollo de capacidades tecnológicas e industriales.
Dicha Estrategia asentará las bases para eliminar las barreras existentes para el desarrollo de las energías marinas, derivada de la complejidad inherente de la ordenación del espacio marítimo y de la interacción mar-tierra.
Por ello, es necesario un enfoque estratégico que permita identificar el potencial energético, tecnológico e industrial, así como las barreras para el desarrollo, a la vez que proponer medidas para su superación.
Hemos recibido aportaciones relevantes de distintos actores en la consulta pública previa para esta Hoja de Ruta, y esperamos poder publicar el primer borrador para consulta y debate públicos próximamente.
9. La pregunta personal de perfil de protagonista:
• Libro preferido: Riña de Gatos, Eduardo Mendoza
• Serie: Fargo
• Película: La vida de Brian
• Color: Verde
10. En nuestro día a día todos podemos aportar a la lucha contra el cambio climático. ¿Cuál es su propuesta de medida concreta para que nuestros lectores puedan aplicar desde hoy en su rutina?
Invitaría a todos los ciudadanos a reflexionar sobre el impacto energético que tiene su estilo de vida. El modelo actual de producción y consumo no es sostenible y la sociedad está cada vez más sensibilizada. Empresas, administraciones y sociedad civil están alineadas en que es la hora de la agenda verde.
Cada ciudadano tiene un papel protagonista en la transición ecológica, en mi caso les animo que conocer más sobre la energía que consumen, su factura, sus opciones de movilidad sostenible, de autoconsumir, de buscar mayor eficiencia en nuestra casa, en nuestro trabajo, pero en definitiva les animaría a parar un momento, a pensar en ello y salir de la inercia de cada día para poder elegir.