La instalación de renovables en el mundo creció un 6 % en 2021 hasta un nivel récord de 295 GW y volverá a aumentar este año otro 8 % hasta 320 GW, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Experimentará su primer descenso en 2023. China y la UE tirarán del mercado hacia arriba mientras se espera una mayor ralentización en EEUU.
La tendencia alcista experimentará una inflexión en 2023, cuando se espera un estancamiento o incluso un ligero descenso de las nuevas capacidades, ha indicado la AIE en un informe.
Las actuales previsiones para 2022 y 2023 son netamente más optimistas que las que hizo la AIE hace cuatro meses, ya que anticipa un 8% más de instalaciones en cada uno de esos ejercicios debido al impulso en China, la Unión Europea y Latinoamérica, que compensarán el descenso de las cifras de Estados Unidos.
Este descenso esperado en Estados Unidos se explica por las incertidumbres sobre los nuevos incentivos para la energía eólica y la solar, así como por las restricciones a las importaciones de equipos fotovoltaicos procedentes de China y del sureste asiático.
La mayoría de las instalaciones de renovables que entraron en servicio el pasado año en el mundo fueron solares fotovoltaicas. Su expansión compensó con creces el descenso del 17 % en las nuevas eólicas. También fue significativa la progresión de las centrales hidroeléctricas.
China fue un año más el líder mundial destacado en la instalación de nuevas capacidades renovables, con un 46 % del total, y eso pese al descenso del 2% después del tirón sin precedentes de 2020 para aprovechar las subvenciones de las que se pudieron beneficiar entonces los inversores.
La Unión Europea (UE) quedó en segundo lugar con una progresión del 30% hasta 36 gigavatios, con los que superó por primera vez su anterior récord de 2011. Las plantas solares representaron más de la mitad de esa expansión, gracias sobre todo a una aceleración de los proyectos en España, Francia, Polonia y Alemania.
En 2022, la expansión de las renovables vendrá un año más sobre todo de la mano de las solares fotovoltaicas, con un incremento esperado del 25% hasta 190 gigavatios, que representarán un 60 % de todas las nuevas capacidades.
Las instalaciones eólicas en tierra se recuperarán ligeramente, después del bajón del 32 % en 2021, para acercarse a 80 gigavatios, mientras los nuevos aerogeneradores puestos en servicio en el mar experimentarán un hundimiento del 40 % por efecto del final de las subvenciones en China que habían generado una explosión de proyectos en ese país durante el pasado año.
La agencia avisa de que los costes de instalación de plantas solares o eólicas se van a mantener este año y el próximo por encima de los que había antes de la pandemia de coronavirus, a causa del encarecimiento de las materias primas, del transporte, y a las perturbaciones en las cadenas de aprovisionamiento.
Según sus estimaciones, esos costes serán este año un 15 % superiores a los de 2020 en el caso de los equipos fotovoltaicos y un 25 % en el de los aerogeneradores en tierra.
Pero pese a todo, continuarán siendo competitivas porque los precios de las energías tradicionales, como el gas y otros combustibles fósiles van a crecer todavía mucho más.
Algo que se hace evidente sobre todo en Europa, donde los precios de la electricidad en el mercado mayorista en países como Alemania, Francia, Italia o España se han multiplicado por más de 6 respecto a los valores medios que había entre 2016 y 2020.
Por eso, el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, destacó que la evolución en los últimos meses ha puesto en evidencia una vez más “el papel esencial de las renovables para mejorar el aprovisionamiento de energía, además de su efecto bien demostrado para reducir las emisiones” contaminantes.
Birol pidió a los gobiernos “reducir la burocracia, acelerar la concesión de permisos y ofrecer los incentivos adecuados para un despliegue más rápido de las energías renovables” para hacer frente a los retos del mercado y “mantener viva la posibilidad de alcanzar los objetivos climáticos internacionales”.